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Testimonios de Cooperativistas y Residentes

Nuestros mejores comerciales son los propios cooperativistas. Descubre lo que dicen de nosotros nuestros residentes, amigos y familiares a través de sus testimonios.

Claudia D

Después de haber vivido en muchos países como Francia, Suiza, Costa Rica y también en Barcelona capital, encontrar este lugar para pasar el resto de mi vida, ha sido lo mejor para mí. El clima ideal, naturaleza, convivencia, es un lugar donde cada uno tiene un rol, su independencia, su idiosincrasia pero luego hay simbiosis.
Venez nous visiter?

Claudia D.
Cooperativista en Residencial Puerto de la Luz

Ana M.

Cordobesa y malagueña de adopción. Debido a mi vida personal y laboral he vivido en grandes ciudades, pero vivir en Málaga es una gozada, por su gente acogedora, por su inmejorable clima y por el ambiente cosmopolita que se respira en esta tierra. En el Conjunto Residencial Puerto de la Luz puedo disfrutar de la independencia de mi hogar y compartir en las zonas comunes actividades sociales con personas de diversas comunidades y países. La felicidad y estabilidad hay que buscarla y mi marido y yo la hemos encontrado en este lugar.

Ana M.
Cooperativista en Residencial Puerto de la Luz

testimonio mujer

Este es el lugar más maravilloso para pasar mi tercera juventud. Me encuentro en todo momento acompañada y en todo momento independiente. No podía haber elegido mejor. Gracias compañe@s.

Lucia F
Cooperativista en Residencial Puerto de la Luz

Francisco N

Soy aragonés, me vine a vivir al Residencial Puerto de la Luz en el 2012. Aquí he encontrado un lugar limpio de polución, buen clima y personas con las cuales puedo compartir juegos de mesa, talleres ocupacionales y salidas culturales.

Francisco N.
Cooperativista en Residencial Puerto de la Luz

Encarnita O.

Soy malagueña de nacimiento y bilbaína de adopción, si te gusta conducir y eres ciclista, esta es tu casa, ¿quieres conocerla? Ven… ezagutzen nahibaduru, zatoz!. Ezkerrik asko.

Encarnita O.
Cooperativista en Residencial Puerto de la Luz

Julia H.

Un día recibí una carta en la que se me decía que en Málaga había un centro llamado Residencial Puerto de la Luz, donde vivir de forma independiente con un grupo de amigos, vecinos, familia… cada uno en su propio apartamento, amueblado a gusto de cada uno. Aquí he llegado con mi marido el dos de enero del 2015. Nuestra voluntad de venir aquí fue un acierto.

Julia H.
Cooperativista en Residencial Puerto de la Luz

old woman

“Esta es mi 29ª mudanza después de vivir en distintas partes del mundo. Tengo 4 hijos y nueve nietos repartidos en distintos países y para demostrarles mi amor, hace año y medio decidí mudarme al Residencial Puerto de la Luz en Málaga, donde he encontrado TODO lo que deseé tener al arribar a mi tercera juventud: Independencia, comodidad y varias actividades que comparto con un grupo de NUEVOS AMIGOS que nada tienen que envidiar a los otros de toda mi vida. Esto me permite acumular alegría y amor suficiente para compartir con mis niños cuando hablamos o nos vemos”. En resumen: “Yo feliz, ellos felices” sintiéndome tan privilegiada, utilizo cada uno de mis ratitos libres para darle gracias a la Vida!!!

Mary B.
Cooperativista Residencial Puerto de la Luz

Marina Inés J.

Hola a todos. Soy Marina tengo 58 años y soy visitante habitual de este lugar de ensueño. Necesitaría un espacio enorme para poder destacar toda la buena experiencia que me aporta el Residencial, pero resumiré para quedarme con lo más importante.
Hace más de una década que mis padres fraguaron la idea de instalarse en un espacio donde mantuvieran su independencia a la vez que pudieran combatir los achaques que la edad les iba adjudicando. Y lo encontraron en este Residencial de nueva construcción donde finalmente y con mucho esfuerzo se instalaron. Resultó ser un acierto donde mi madre sus últimos años de vida pudo disfrutar de la comodidad de sus instalaciones y la calidad humana existente de sus compañeros de aventura que fueron llegando. En la actualidad mi padre sobrevive a la pena de perder a su compañera de vida con la ayuda de todos los que comparten espacios en este maravilloso lugar a las afueras de Málaga, rodeado de naturaleza pero a su vez bien comunicado con el resto para que cada uno disponga de la libre elección a que dedicar su tiempo y sin perder la independencia dentro de los apartamentos bien equipados.
Hoy en día acompaño a mi padre y permanezco con él siempre que puedo ya que mi vida de momento está en Madrid, pero siempre con miras al futuro donde sin dudarlo me veo sentada en la terraza de este complejo disfrutando al máximo de las vistas, piscina, actividades que me ofrecen. Me espera la mejor calidad de vida que pueda imaginar cuando finalmente me pueda jubilar.
Os animo a visitar el lugar, seguro que os enamoráis.

Marina Inés J.
Hija de Cooperativista en Residencial Puerto de la Luz

Renato L.

Soy natural de Dinamarca, hispanista, traductor, intérprete, teólogo y escritor; tengo 74 años de edad. En 2018 me encargaron un libro en español sobre temas bíblicos, y decidí venir a Andalucía a redactarlo. En Málaga conocí el Residencial Puerto de la Luz, y el día 1 de diciembre me instalé en un apartamento.
Mi permanencia en este lugar ha sido muy agradable. Me ha dado comodidad y tranquilidad para realizar mi trabajo; me ha resuelto una serie de problemas prácticos como, por ejemplo, la comida del mediodía, la limpieza semanal y el lavado de ropa; el lugar está rodeado de zonas verdes, y la dirección del Residencial, el personal y los residentes me han tratado con mucho cariño.
Terminado a finales de junio de 2019, mi último libro se titula Amores bíblicos bajo censura. Sexualidad, género y traducciones erróneas. Dentro de poco tiempo concluirá mi estancia en el Residencial, y me iré muy contento con la experiencia aquí vivida.
VISÍTANOS. Kom og besøg os!

Renato L.
Residente en Residencial Puerto de la Luz

hombre mayor

El Residencial Puerto de la Luz en el Puerto de la Torre Málaga, tiene la ventaja de que puedes venir a pasar el tiempo que quieras para probar si te gusta o no. Yo vine en agosto y pasé una semana. Me gustó mucho tanto el edificio como la gente que aquí habita, y decidí venir. Arreglé mis asuntos en San Sebastián y en noviembre bajé aquí, al Mediterráneo. Estoy a mil kilómetros de mi origen. En dos meses y medio no he abierto un paraguas, no he usado un abrigo; veo el sol todos los días y las estrellas de noche; hay flores en los jardines; son las ocho de la mañana y hace 15 grados, un invierno como allí la primavera. ¡Qué lujo!

Los apartamentos son preciosos. Todos miran al mar, que se ve plateado a lo lejos. Al frente, pues, un horizonte espléndido; a la izquierda un monte de olivos que baja hasta nuestros jardines; a la derecha montañas y montañas hasta la más alta que se llama acertadamente “Sierra de las Nieves”. Los amaneceres y los ocasos son impresionantes. Por la noche toda la planicie hasta el mar es un trigal de luces. Cruzan los coches dibujando líneas rojas y blancas con sus luces, pues aquí cerquita se cruzan las autopistas que van a Granada, Almería, Algeciras y Cádiz… Por cierto, el aeropuerto lo tenemos a 15 minutos, y prácticamente lo mismo la estación de autobuses y la del tren con su fantástico AVE a 300 por hora.

Vivimos aislados y cerca de todo, aunque parezca contradictorio. Por la mañana sólo se oyen los gallos y el rebuznar de algún burro; y durante todo el día los pajarillos. El silencio es monacal todo el día. Por otro lado, a 100 metros del Residencial tenemos un autobús cada 12 minutos que nos lleva al centro de Málaga. Además aquí muchos tienen coche y son muy serviciales y van con sus amigos de aquí para allá. Todo está cerca: Torremolinos a 16 kms, Benalmádena a 22, Fuengirola a 30, Marbella a 60, Gibraltar a 134.

Los servicios del Residencial son espléndidos: el comedor, el salón de actos, la capilla, la enfermería, la peluquería, el gimnasio, la lavandería, la cafetería, la biblioteca, la piscina, etc…

Hay mil actividades y talleres: pintura, patchwork, coro, ajedrez, castañuelas, trabajos manuales, juegos de mesa, gimnasia,… A parte de eso, cada cual va donde quiere y cuando quiere: a conciertos, al cine, al restaurante, de compras, de viaje… La libertad es total.

Como ya dije al principio, la otra razón por la que vine a vivir aquí, y quizás la principal, es que la gente del Residencial es muy agradable, culta y mantiene un ambiente familiar maravilloso.

Francisco M
Residente Residencial Puerto de la Luz

testimonio mujer

Para hablar del “Residencial Puerto de la Luz” me quedaría corta en palabras de halagos, pero contaré la historia de mi madre y espero que os hagáis una idea.

Ella se quedó viuda y sola en casa hace cuatro años y a pesar de la gran tristeza por la muerte de mi padre (el gran amor de su vida) que ninguno de sus seis hijos podía reemplazar, nos dimos cuenta de que su gran problema añadido era la SOLEDAD.

A pesar de su fortaleza, ya que nunca quiso irse a vivir con ningún hijo, veíamos que la cosa no iba bien y que tenía una gran necesidad de comunicarse, pero especialmente con personas como ella. Entonces nos planteó ella misma ‐siempre tan valiente‐, la idea de irse a una residencia, pero a nosotros nos horrorizó hasta que nos llevó a Puerto de la Luz.

Nos quedamos todos maravillados tanto del sitio como de las instalaciones y especialmente de las personas que viven allí.

Es un edificio precioso escalonado en un monte, con lo cual ves jardines y plantas por todas partes, con una orientación completamente sur y lleno de ventanales, amplios pasillos y una independencia absoluta ya que tú tienes tu propio apartamento con cocina, baño, dormitorio, y salón, dando estos dos últimos a una gran terraza desde donde se ve el sol ponerse detrás de la “Sierra de las Nieves” y es todo un espectáculo.

Siempre hay alguna actividad que hacer o simplemente cuidar el jardín y dar un gran paseo y cuando quieres independencia te vas a tu apartamento y nadie te molesta. La comida es exquisita y la limpieza perfecta. Pero esto no es nada si lo comparamos con el nivel humano que tienen sus compañeros, son personas cultas y educadas con las que te encanta hablar y que hacen que nunca sientas esa peligrosa soledad en personas ya entraditas en años.

Yo personalmente, estoy completamente enganchada al Residencial y a todas las personas que viven allí y siempre que puedo me voy con ellos porque salgo llena de energía y felicidad. A mi madre le ha cambiado completamente la vida, está feliz y rejuvenecida y con una luz en los ojos que hacen honor al nombre “RESIDENCIAL PUERTO DE LA LUZ” nada que ver con una residencia convencional.

Si queréis comprar vida, salud, alegría y felicidad, hacedme caso, no perdáis tiempo e ir a visitarlos para que os enseñen lo increíble que es aquello.

Un beso a todos.

Elisa G
Hija de residente en Residencial Puerto de la Luz

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